¿HACIA DONDE SE
DIRIGEN LOS VALORES?
A nombre de la cultura, las tradiciones o la
identidad se ha manipulado a pueblos enteros y se les ha llevado al
ensimismamiento y a la violencia.
El ser humano ha alabado la cultura como fundamento
de nuestra humanidad. Con la descolonización se restauró la dignidad
de cada cultura para eliminar el prejuicio racial del ser humano
civilizado. Luego, este humanismo cultural se fue transformando. El
pluralismo, la diversidad y la diferencia, tan provechosas al
principio, se convirtieron en gérmenes de una discriminación tan
virulenta e intolerante como una ideología racial.
Hoy en día muchas reivindicaciones culturales
esconden una violencia de naturaleza religiosa. Empleo la palabra
“religiosa” en un sentido de tiranía de la fe más que el término
“espiritual”, en el sentido de libertad de pensamiento, porque una
de las características más inhumanas de la cultura es la disociación
de lo religioso y lo espiritual. La búsqueda de la libertad, que se
encontraba en la base de toda emancipación humana en la cultura,
desaparece ante la de identidad.
Esta nueva mística difunde la ficción desastrosa de
que el aspecto humano se reduce a un atavismo cultural, un poco como
un escudo de vieja nobleza que confiere un capital de impunidad al
ejercicio de la crueldad. El discurso de la diferencia, que en
principio debía hacernos estar más atentos a eso que llamamos
alteridad, ha tenido un efecto contrario y ha estimulado la
necesidad de identidad.
Se podía esperar que los derechos a la tradición
dieran, ante cierta miseria moral del progreso, una energía
interior, un sabor subjetivo, un cariño humano a nuestro doloroso
malestar. Pero sucede todo lo contrario: la propia tradición se
convierte en una idea brutal, con todas las carencias de la
espiritualidad. El despertar de las tradiciones ha perdido su
naturaleza, porque en los países descolonizados a menudo no se han
utilizado con fines de igualdad y libertad, sino de sumisión, de
subordinación y temor.
Otro rasgo de inhumanidad de los derechos culturales
es el hecho de que sitúan la condición cultural árabe, judía,
musulmana, corza, vasca, servia, estadounidense, occidental, etc.,
por encima de la condición humana. Y es ahí donde la ilusión
cultural provoca sus mayores desastres: cuando se cree que se es ser
humano sólo por tener una cultura y no una naturaleza, cuando la
dignidad del ser humano se encierra en su origen étnico, religioso,
nacional o imperial. Ya no se entiende entonces la palabra “cultura”
como la libere perfección de uno mismo, sino como un juramento de
fidelidad de la conciencia a una primacía determinista.
Otra de las lacras del los derechos de tradición
reside en creer que combaten la modernidad, mientras que en realidad
se fusionan con ella en su peor aspecto: la difusión masiva de
nuevas idolatrías que la técnica vuelve prodigiosas. El fanatismo es
un valor muy seguro para los medios de comunicación, que bien se
sabe han usurpado los derechos del pensamiento.
Si bien la comunicación es el primer instrumento de
información del mundo, también es el último en términos de
inteligibilidad. No se explota la capacidad de comprenderse sino la
ilusión de expresarse. La comunicación incrementó lo ininteligible,
cuando la primera misión de la cultura viable es conseguir que el
mundo sea inteligible para todos, como señalaba Kant, conseguir que
el ser humano sea capaz de orientarse en el pensamiento. La
desorientación con que actúa la comunicación se define por el
sobrepujamiento cultural restringido a las pasiones de la opinión.
El criterio cultural ya no es el fundamento de una
ética del reconocimiento: lo étnico ha acabado con lo ético. Bajo la
máscara de la cultura, nos hemos olvidado de la luz natural de la
razón, esa capacidad que señalaba Rousseau de entrar en nosotros
mismos para escuchar la voz de la conciencia en el silencio de las
pasiones.
Frente por la Cultura
Laica
SIN MIEDO
A LA MUERTE; LA RELIGIÓN NO EXISTIRÍA
La muerte siempre ha desatado las más profundas reflexiones. Ante
la expectativa de la muerte, el ser humano
ha adoptado muy variadas actitudes.
En esas líneas de reflexión se sustenta una afirmación contundente:
sin miedo a la muerte la religión no existiría.
No existiría su necesidad.
Enfrentarse al drama (repetido miles de millones de veces desde
que existe la especie humana) de querer permanecer
sin poder cumplir el anhelo, nos crea una necesidad de un sentido
fuera del mundo. Nos crea la necesidad de la religión:
las que conocemos y las que están siempre en proceso formativo. Si
el ser humano se distingue de otros animales
por su conciencia, ¿cómo aceptar que la conciencia no sirva para
evitar el destino común de todos los animales?
La vida adquiere un significado a partir del que se asigna a la
muerte. El consuelo da un sentido a la existencia: en el más allá
habrá la justicia que aquí fue negada. Una ardiente, irresistible
necesidad de creer que después de la muerte los justos
serán premiados y los inicuos, castigados. La justicia que no
podemos crear aquí allá nos será dispensada a manos llenas.
¿Cómo aceptar que tantas cosas recogidas en el camino
desaparezcan conmigo? ¿Cómo no tener un sentimiento de
injusticia que reclama corrección? Y la única corrección frente a la
injusticia de la muerte es, obviamente, la religión.
La religión no constituye un problema en sí (¿por qué debería ser
objeto de agravio el humano deseo de consuelo?),
el problema nace en el momento en que la verdad consoladora se
sustituye, o pretende sustituirse a las verdades en movimiento,
inevitablemente transitorias, que la humanidad construye y destruye
en su marcha. Cuando esto ocurre, el consuelo privado
amenaza con transformarse en jaula pública. Las verdades humanas,
frágiles y tornadizas, son sustituidas por una verdad
que desde la historia declara su fin.
Toda religión convierte al creador humano en una criatura divina
vinculada a alguna verdad que no sólo es indemostrable,
sino que se asume a sí misma como final, definitiva. Desde la
historia se declara su fin. Y el corolario social es, casi siempre,
un retroceso: el deseo de retorno de la sociedad, como universo de
conflictos más o menos regulados, a la comunidad,
como comunión de los seres humanos de fe y huida de la duda, los
conflictos, las verdades transitorias hacia al puerto
pacífico de la verdad sin sombras.
La modernidad, en el fondo, no es más que un camino que intenta
expulsar las creencias religiosas de los ámbitos de la
vida colectiva. Un camino tan necesario como nunca plenamente
cumplido. No se puede expulsar de la vida la religiosidad
que la consuela frente a la derrota inevitable.
Moraleja: la batalla civil contra la religiosidad siempre tentada a
ocupar todos los espacios, es contienda interminable.
Creer demasiado en una inmutable justicia ultraterrena, sobre
todo cuando viene del Dios único, significa estrechar los
espacios de libertad para todos. Los seres humanos pueden y deben
entenderse sin mezclar la relación que cada uno
de ellos entretenga con la divinidad.
Frente por la Cultura Laica
http://www.libertadeslaicas.org.mx/paginas/Enciclopedia/EncicloCortosLaica.htm
¿ES
REAL EL CRECIMIENTO DEL INTERÉS POR LA RELIGIÓN?
Se dice que las religiones han recuperado de nuevo su poder de
atracción.
¿Es cierto que las religiones vuelven a fascinar a las gentes?
En nuestras sociedades se da, simultáneamente un rechazo claro,
global y explícito de la religión, en una mayoría amplia de la
población, y un crecimiento del interés por la religión. Si
reflexionamos sobre esta actitud contradictoria, podremos advertir
fenómenos sociales muy diversos, acogidos bajo el término
“religión”. No parece que se trate de un auténtico resurgir de las
viejas creencias y estructuras religiosas. Sin embargo se está dando
un fenómeno realmente nuevo: la espiritualidad se está autonomizando
de la religión.
Ese pretendido resurgir de la religión es un fenómeno de una gran
ambigüedad
El Islam vuelve a atraer a las masas al grito de “el Islam es la
solución”.
¿Qué buscan los países árabes, afganos y paquistaníes cuando
recurren al Islam como la solución de sus problemas? No tanto
espiritualidad, como un punto sólido de apoyo para su identidad como
cultura y como pueblos, frente a un norte opresivo económica,
militar y culturalmente. No está claro que los diversos islamismos
sean fenómenos netamente religiosos.
En Europa, si por religión entendemos el sometimiento de mente y
corazón a unos cuadros de verdades, creencias y principios
inviolables, la sumisión y pertinencia a una organización religiosa,
con pretensiones absolutas en lo referente a los proyectos de vida
de individuos y colectivos con relación a la familia, la sexualidad,
los problemas de salud y enfermedad y el comportamiento en general,
la religión no interesa, se le da la espalda.
Para las generaciones más jóvenes, para las clases medias cultivadas
y para las elites de la cultura, el rechazo de la religión,
entendida en el sentido que hemos precisado, es, para la mayoría,
tan completo, que ya no es ni problema.
En el siglo XIX y en la mayor parte del XX, la religión fue un
problema; en los inicios del XXI, para muchos, ya no es ni problema.
Nunca las religiones establecidas tuvieron menos crédito y
plausibilidad cultural que ahora, incluso desde un punto de vista
espiritual.
Lo que fascina en Europa, aunque sólo en círculos reducidos de
buscadores, que no hacen más que crecer, es una espiritualidad libre
de sumisión a creencias; una espiritualidad sin afiliación a
iglesias; una espiritualidad no religiosa sino laica. Entre esos
buscadores los hay, una minoría, que busca con criterio, y una
mayoría que lo hace mezclando lo más alto con lo más bajo, lo
consagrado por tradiciones milenarias, con esoterismos marginales,
formas populares del yoga, astrología, etc. Junto al crecimiento de
una auténtica búsqueda, se extiende también la necesidad de escapar
de una realidad plana y desencantada.
En la misma línea está el crecimiento, sobre todo en América del
Norte y en América del Sur, de unas formas de cristianismo,
bautistas y pentecostales, en las que las creencias no son
importantes, están en la sombra para acentuar mejor el uso de
técnicas de exaltación colectiva, mediante discursos encendidos y
emotivos, músicas y danzas, hasta llegar a una especie de éxtasis
colectivo, como un nuevo chamanismo.
En América del Norte, las nuevas sociedades de cambio continuo y
riesgo llevan a los individuos a vivir una realidad de
competitividad despiadada, con traslados frecuentes, por razones
laborales, de una parte a otra del país. En esa situación el
desarraigo empuja a buscar refugio, acogida, calor humano y
emotividad en grupos religiosos. Es la huída de una dura realidad
económica y social y la huída de unas relaciones sociales frías,
utilitarias, planas, carentes de cordialidad y emotividad.
También el desarraigo y la dureza de las condiciones de la vida
empujan a muchos, en América del Sur, a buscar la proximidad humana
y la acogida en los grupos de cristianos llamados evangélicos. Se
huye del aislamiento y del desamparo.
Crecimiento simultáneo de la increencia, de la credulidad y de la
espiritualidad
La vida humana perdió, en poco tiempo, toda su sacralidad y el mundo
se desencantó, reducido todo a sus puras dimensiones prácticas en
una dura lucha económica, científica y tecnológica. Estos grupos
religiosos, con sus discursos y ceremonias, procuran emociones
religiosas y proximidad humana. Así logran hacer menos fría, menos
plana la vida y reencantan de nuevo la realidad.
¿Es esto un renacer del interés por la religión o es la búsqueda de
soluciones a unas claras deficiencias sociales? ¿Es eso religión o
es patología cultural y social?
A medida que las ciencias y las tecnologías invaden todos los
ámbitos de la vida humana, incluso los de la comunicación, crece, en
las nuevas sociedades industriales de innovación y cambio, la
frialdad utilitaria y la fragilidad de las relaciones humanas, y de
la vida en general. En esa misma medida crece, como en compensación,
la credulidad y el gusto por lo mágico, lo maravilloso, lo
esotérico.
¿Vuelve a ser esto un renacer del interés por la religión o es el
resultado de serias deficiencias socio-culturales?
En nuestras sociedades crece la increencia y crece la credulidad.
Pero es significativo advertir hacia dónde crece la increencia y
hacia dónde crece la incredulidad. Crece la increencia respecto a
las religiones institucionales, sus dogmas y normativas. Crece la
credulidad respecto a lo emotivo-experiencial, a lo esotérico, que
es más querer creer y fantasear que la firmeza de una creencia
apoyada en una revelación divina. Es más querer dar validez y querer
simbolizar determinadas dimensiones del vivir humano, ausentes, que
creencia real.
Al margen de todas estas ambigüedades del uso del término
“religión”, que en la mayoría de los casos no es lo que parece ser,
está el crecimiento de los auténticos buscadores de espiritualidad.
Son autónomos o en pequeños grupos con lazos muy flexibles. Y son
buscadores en un contexto de globalización de las tradiciones
religiosas. Eso no comporta que vayan a parar, necesariamente, a
sincretismos o religiones a la carta. Es otro planteo de la vida
interior y de la espiritualidad. Esta actitud de búsqueda no se
interesa por las religiones, aunque sí por la riqueza de las
tradiciones espirituales de la humanidad. Se trata de indagadores
libres, no necesariamente creyentes, pero atentos y respetuosos con
la riqueza de las tradiciones.
Mariá Corbí.
¿QUE ES EL MOVIMIENTO EX GAY?
Stephen fue educado
por sus padres en un ambiente muy conservador y religioso, al grado
que el mismo llego a ser pastor bautista, se caso y tuvo 4 hijos
con su esposa. Sin embargo ,por mas que se esforzaba, sus
sentimientos y fantasías iban en aumento: no podía evitar que estos
deseos lo orillaran a buscar furtivas relaciones sexuales con
varones, aunque después, se sintiera culpable. Creyendo que tales
deseos homosexuales eran "intrínsecamente patológicos",decidió
"curarse" de su enfermedad y acudió a un grupo....
José Enrique fue un
brillante universitario. Pero, sufría una tremenda adicción a la
pornografía, su grupo de "amigos" no ayudaba mucho a su
recuperación: drogas, bares , alcohol, promiscuidad, antros y
excesos eran lo único común. Sentía que lo que el identificaba como
"estilo de vida homosexual" lo estaba llevando a un abismo, así que
disidió terminar con esa peligrosa y deprimente forma de existir y
asistió a un grupo....
En el suplemento
Letra S , num.137 del 6 de Dic. 2007,La Jornada) apareció un
articulo donde se describe y reseña una reciente reunión del grupo
Courage Latino,en Guadalajara!!. Esa crónica me hizo recordar que
hace dos años asistí a una charla dada por Stephen y José Enrique,
ambos estadounidenses, residentes en Nueva York, y ex integrantes
del Movimiento Ex-Gay (o sea, son "EX-EX-GAY",y como una doble
negación es una afirmación, entonces, pues quedan en Gay).
Pero ¿Que es el
Movimiento Ex-Gay?
Ex-Gay es un
movimiento social-religioso de corte fundamentalista y de derecha
dedicado a "educar a la sociedad para enfrentar a la "torcida y
terrible" agenda Pro-Gay" (sic),cumpliendo con la tarea de (según
ellos) "sanar a quien desea dejar de sufrir por el problema de
Atracción Sexual a Personas del Mismo Sexo",(por sus siglas:"AMS")
esto quiere decir (ya sin sus eufemismos) que su pretensión es
"reconvertir" y "curar" a los/las homosexuales.
El Movimiento
Ex-Gay esta constituido por grupos que incluyen Iglesias
(Cristianos: Exodus, La Misión, La Casa de El, etc. y de perfil
Católico: Courage Latino) así como a clínicas privadas y
asociaciones civiles. Con presencia en, al menos, 17 países.
Ahora,sigo
relatandoles brevemente el testimonio de Stephen y José Enrique: Los
dos coincidieron en un grupo Ex-Gay (en los Estados Unidos) donde
les aseguraron que con "psicoterapia y lecturas, arrepentimiento y
oraciones, fuerza de voluntad y apoyo familiar y comunitario, ellos
podían curarse". Sus "terapias reparativas "entre otras cosas,
ponían énfasis en una reconexión con sus modelos ("masculinos para
los varones, femeninos para las mujeres") que incluían una promoción
de roles y estereotipos tradicionales: Stephen aprendió a jugar
fútbol americano, mecánica automotriz y a hacer sus modales "mas
rudos", además tenia continuas y larguísimas (y además carísimas!! )
conversaciones o "consejerías" con su "tutor" o "padrino". Pero
Stephen se sentía molesto, su infelicidad y carencias se
transmitían, la buena relación con sus hijos y esposa se estaba
desmoronando y aunque seguía al pie de la letra las indicaciones,
los resultados eran nulos. Los "Pensamientos Homosexuales" no se
retiraban de su mente, sino que lo atormentaban más y más.
José Enrique
abandono sus antiguos hábitos: ya no consumía alcohol, ni drogas,
dejo de frecuentar a sus "amistades" y con ello sus lugares de
diversión. Dijo adiós al bar-antro, al vídeo porno, al sexo
clandestino y anónimo. Entonces, sobrio y lucido, se dio cuenta de
que había confundido el tener una orientación homosexual con llevar
una vida decadente de evasión en las drogas y en la inconsciencia.
En cuanto a sus deseos y fantasías homosexuales seguían en El, tan
fuertes como antes, a pesar de que acudía a todos los retiros, y de
que no dejaba de orar para resistir la "Tentaciones carnales del
mismo sexo".
El tiempo
transcurría y la frustración de ambos se hacia cada vez mayor, la
"enfermedad de la homosexualidad" NO se les quitaba.
El testimonio de
Stephen y José Enrique nos advierte de como las "terapias" de los
grupos Ex-Gay pueden llevar a sus desorientados adeptos a perder su
dinero, su tiempo (la "restauración sexual" puede durar años y no
conducir sino a la frustración) y, en el mas grave de los casos,
a destruir su vida al forzarse a reprimir sus deseos y sentimientos
naturales (homosexuales) en un intento de vida heterosexual.
"Una/o no vive
impunemente en contra de su propia naturaleza", Marina
Castañeda.
Por cierto, Stephen
y José Enrique abandonaron el grupo Ex-Gay, se hicieron pareja y,
desde la honestidad de reconocer su identidad tratan de vivir feliz
y plenamente.
Quien desee saber un
poco mas del tema puede leer el capitulo 5 del libro la Nueva
Homosexualidad de M. Castañeda. Y si quieren reír con una divertida
parodia a cerca de ese tipo de "terapias" vean la película "Yo solo
soy una porrista".
LOS
RACISTAS SE JODIERON
ALUMNA: Profesor, ¿le puedo hacer una pregunta?
PROFESOR: Para preguntar no hay que pedir permiso. Quien hace
preguntas, pasa por ignorante una vez. Quien no las hace, se queda
ignorante toda la vida.
ALUMNA: ¿Cuántas razas hay en el mundo?
ALUMNO 1: ¡Eso es fácil!... ¡Hay una raza por cada continente!
ALUMNO 2: Hay cuatro razas: blanca, amarilla, negra y cobriza.
PROFESOR: Y tú, Anais, ¿qué dices?
ANAIS (PETULANTE) No sé cuántas habrá… pero una raza es superior: la
nuestra, la blanca.
PROFESOR Pues investiguemos cuántas razas hay y si alguna es
superior a las otras.
La
respuesta está en las mitocondrias. Las mitocondrias son estructuras
diminutas dentro de las células que nos ayudan a producir energía.
Las mitocondrias se heredan de la madre, no del padre.
Pasan de madre a hija…De hija a nieta…De nieta a biznieta…
Si la historia humana fuera una película y la echamos hacia atrás,
podríamos retroceder, de generación en generación, hasta nuestros
orígenes. Podríamos llegar a la madre de todos los seres humanos.
Todas las mitocondrias femeninas, como enlazadas en un larguísimo
cordón umbilical, conducen a…¡África!
Hace 150 mil años, en lo que hoy es Kenia, Tanzania y Etiopía,
evolucionaron los primeros seres humanos. Allí vivió aquella mujer.
De ella descendemos los 6,500 millones que hoy habitamos el planeta.
PROFESOR: ¿Ya ven, muchachos? La genética revela sin lugar a dudas
que África fue la cuna de la humanidad.
ANAIS: Si eso es verdad… ¿quiere decir que Eva fue negra?
PROFESOR Exactamente.
ANAIS: ¿Y que nuestros antepasados fueron negros… y negras?
PROFESOR: Exactamente.
ANAIS: Y entonces, ¿de dónde salen tantas razas distintas?
PROFESOR: Di mejor tantos colores de piel distintos. Porque sólo hay
una raza, la humana
ALUMNO 2: ¡Qué estupidez!... ¿Y por qué yo soy blanco, eh?
PROFESOR: Porque te falta melanina…
ALUMNO 2: ¿Melanina?
PROFESOR: La melanina es el pigmento que da color a la piel. En
África, con tanto Sol, la piel es oscura. Es una protección natural
contra los rayos ultravioleta que producen cáncer. Cuando nuestros
antepasados viajaron a climas fríos fueron perdiendo melanina para
poder captar los rayos solares que les permitían asimilar la
vitamina D.
ALUMNA: Entonces un blanco no es otra cosa que…
¡que un negro desteñido!
ALUMNA: Y una blanquita como Anais… ¡una negra despintada!
PROFESOR: Científicamente, es así. La única diferencia entre las
llamadas “razas humanas“ consiste en un poquito más o un poquito
menos de melanina.
ALUMNO 1: ¡Ah, pues, los racistas se jodieron!
ANAIS No me convence porque en Canadá y otros países fríos viven
personas negras y no se despintan.
ALUMNO 1: Y tu abuela, ¿donde está?
PROFESOR Es que el cambio de color no se da en una generación, sino
a través de miles de años. La naturaleza siempre trabaja con
paciencia. De veras, muchachos. Los colores de la piel, los cabellos
crespos o lacios, las narices chatas o alargadas, los ojos achinados
o redondos… son simples adaptaciones del cuerpo humano a los
diferentes ambientes en que han vivido nuestros antepasados. No hay
diferentes razas, sino diferentes climas. Tenemos la misma sangre,
pertenecemos a una sola familia.
Del África venimos, del África somos.
BIBLIOGRAFÍA
José Enrique Campillo Álvarez, La cadera de Eva, Ares y Mares,
Barcelona 2005
EL DEBATE CIENTÍFICO ¿EL HOMOSEXUAL NACE O SE HACE ?
La homosexualidad no es algo para avergonzarse,
no es un vicio, no es una degradación, y no puede catalogarse como
una enfermedad.” Esto escribió, hace más de 70 años, el padre del
psicoanálisis, Sigmund Freud, respondiendo a una madre
norteamericana preocupada por su hijo homosexual.
“La psiquiatría introdujo a la homosexualidad
como una patología para proteger a l os homosexuales de las
persecuciones de la ley, ya que desde el aparecimiento del
cristianismo se la veía como contraria a los principios de Dios”.
La ley civil, organizada sobre los principios
de la Iglesia Católica, también persiguió a los homosexuales. “La
psiquiatría los sacó del mundo de la penalidad y los patologizó,
pero esto a la larga fue pero, porque significa que están enfermos y
hay que curarlos, con procedimientos que violentan sus derechos.” En
1973, la homosexualidad fue extraída del “Diagnostic and Statistical
Manual of Mental Disorders” (DSM) y , por ende, dejó de ser
considerada una patología mental.
El psicoanálisis la definió como una forma de
expresión de la sexualidad. El homosexual, ¿Nace o se hace?.
Una fuerte corriente de pensamiento socio
biologista pretende reducir los fenómenos humanos a leyes
biológicas.
Según esta visión, la preferencia sexual por
las personas del mismo sexo estaría determinada por información
molecular. La genética molecular ha encontrado que un gen localizado
en el cromosoma X(Xq28) sería el responsable de que los varones
tengan esta orientación sexual. “Existiría mayor número de varones
que manifiestan el comportamiento”.
Esta sería una herencia ligada al sexo en que
la mujer actuaría como portadora. No obstante, el experto relativiza
esta teoría. “La información genética con relación al
comportamiento homosexual tiene algunos problemas metodológicos,
entre ellos, la carencia de una clasificación exacta del
comportamiento humano, la falta de parámetros reales y, sobre todo,
el no tomar en cuenta la influencia del ambiente social en el
comportamiento humano”. Para el genetista, el genoma puede
predisponer a cierto comportamiento, pero el asunto de fondo todavía
no está resuelto: la relación entre genes y ambiente.
Revista Vistazo – Agosto
16, 2007
TENDENCIAS
SECTARIAS BAJO BENEDICTO XVI.
Está hoy a la vista un vacío global de sentido en razón de la
irracionalidad de la política y de la economía mundial, y de la
crisis generalizada de las religiones, fuentes naturales de ética y
de esperanza. Casi todas las religiones están contaminadas por el
mal del fundamentalismo, que es con frecuencia la base del
terrorismo.
No le falta razón a Hans Kung, el teólogo que más se ha ocupado en
estos años del significado político y ético de las religiones,
cuando sostiene que no hay paz política sin previa paz religiosa,
que no hay paz religiosa sin diálogo entre las religiones, y que
este diálogo no es eficaz si no se desenvuelve en torno de puntos
comunes y relativizando las diferencias.
Esta búsqueda de paz religiosa no cuenta con la colaboración
necesaria de su componente más numeroso, la Iglesia Católica Romana.
Los últimos años han evidenciado tendencias cada vez más cerradas,
llegando a formulaciones claramente fundamentalistas y excluyentes
que se reflejan en los discursos del Papa actual.
Benedicto XVI está encaminando a la Iglesia Católica por un curso
peligroso que ha provocado severas críticas no sólo de teólogos sino
asimismo de cardenales, de episcopados como el de Francia, de grupos
de obispos de Alemania y, sorprendentemente, de obispos de la
romanísima Italia, además de líderes de otras religiones y de
organismos ecuménicos mundiales. Desde sus tiempos de cardenal ha
tratado a garrotazos a los grupos progresistas y a los teólogos de
la liberación, y con guantes de seda a los conservadores y
tradicionalistas y a los seguidores del obispo Lefebvre, excomulgado
en 1988, quien en rebeldía hacia Roma ordenó obispos y sacerdotes.
El Vaticano terminó por acatar sus seminarios, que profesan el rito
tradicionalista y ahora, el Papa acaba de atender una de sus mayores
demandas: el retorno de la misa en el latín del Concilio de Trento
(1545-1563), con todas las limitaciones de comunicación que implica
una lengua muerta y sólo accesible a los eruditos.
Lo más grave ocurrió seguidamente, con una publicación sobre cinco
cuestiones relativas a la Iglesia, preparada por la Congregación
para la Doctrina de la Fe y aprobada por el Papa, que repite lo que
en el 2000 el entonces cardenal Ratzinger enfatizaba en el documento
Dominus Jesús, verdadero exterminador del futuro del ecumenismo: la
única Iglesia de Cristo es la Iglesia Católica y fuera de ella no
hay salvación. Las demás “iglesias” sólo poseen “elementos
eclesiales” y a la Iglesia Ortodoxa, el segundo pulmón de la
catolicidad según la expresión de Juan Pablo II, se la rebaja a
simple iglesia particular. Estas posturas generan decepción y
amargura, una atmósfera no favorable a la búsqueda de la paz.
Así aparecen los trazos de gran secta que la Iglesia Católica está
asumiendo. Vale recordar que en sus comienzos se llamó secta al
cristianismo, ya que era un grupo disidente del judaísmo adherente a
Cristo. Como tal, secta era un concepto neutral para referirse a un
grupo que se diferenciaba de la mayoría. Cuando posteriormente
surgieron conflictos entre los credos, la palabra secta adquirió una
connotación negativa como se lee en pasajes de las cartas de San
Pablo a los corintios, los romanos y los gálatas. Y San Pedro habla
de “sectas perniciosas” que se encierran en sí mismas y excluyen
todas las demás.
Este es el riesgo que corre actualmente la Iglesia Católica,
aislándose más y más. Su base social principal está en los
movimientos de laicos, de pensamiento mediocre y sumisos a las
autoridades; en obediencia a la lógica del mercado, prefieren los
grandes espectáculos mediáticos a enfrentar los problemas de la
pobreza, la injusticia y las amenazas que pesan sobre la biosfera.
Una iglesia se comporta como secta, según autores clásicos como
Troeltsch y Weber, cuando tiene la pretensión absolutista de
posesión exclusiva de la verdad, se niega al diálogo y rechaza el
trabajo ecuménico.
Señal de sectarismo es no haber firmado la Declaración Universal de
los Derechos Humanos de 1948 porque no mencionaba a Dios; negarse a
participar en el Consejo Mundial de Iglesias por considerarse por
encima de las demás iglesias; por semejante razón, rechazar la
convocatoria de un concilio cristiano universal en la perspectiva de
la paz mundial; desestimular la compra de tarjetas de UNICEF
destinadas a la infancia desprotegida alegando que esa institución
favorece el uso de preservativos.
La estrategia doctrinal de Benedicto XVI es de confrontación directa
con la modernidad en un pesimismo cultural inadmisible en alguien
que debe saber que el Espíritu está en la humanidad y no es
monopolio de la Iglesia, y que la salvación se ofrece a todos. De
este modo la Iglesia se presenta como un “contra-mundo”, actitud que
según estudiosos como Séguy es típicamente sectaria.
No me asombraría si algunos conservadores más radicales, animados
por gestos del Papa actual, intentasen un cisma en la Iglesia. En el
siglo IV casi todos los obispos profesaban la herejía del arrianismo
(Cristo apenas semejante a Dios). Fueron los laicos quienes salvaron
a la Iglesia proclamando a Jesús como Hijo de Dios. Es urgente
actualizar esta historia, dada la estrechez mental y el vacío
teológico reinante en las altas esferas del Vaticano.
Leonardo Boff,
Teólogo y ambientalista brasileño, miembro de la Comisión
de la Carta de la Tierra.
POSICION DE LAS RELIGIONES EN CUANTO AL VIH/SIDA.
Mucho se discute sobre la posición de las distintas religiones en
relación al VIH/SIDA.
La Iglesia Católica enfatiza valores como la fidelidad, la
monogamia y el compromiso matrimonial. Según un documento que fue
elaborado en el año 2004 durante el Encuentro Pastoral de Salud
sobre VIH/SIDA -realizado por el CELAM en Colombia-, la abstinencia
y la fidelidad “no sólo constituyen el mejor camino para evitar la
infección del virus, o infectar a otros, sino que también conforman
la mejor manera para lograr una vida larga y feliz”.
La abstinencia sexual, el retraso en la edad del inicio sexual y las
relaciones dentro de una pareja estable son las únicas formas
seguras para evitar la propagación del virus”. A diferencia de
aquellas estrategias de prevención que estimulan el uso de
preservativos.
Según la Iglesia Católica “no existen personas con VIH que se hayan
infectado siguiendo los consejos de la Iglesia”.
Una base primordial que comparten todas las grandes religiones que
es el amor a la vida. Goldman sostiene que el judaísmo mantiene un
enfoque positivo hacia todo lo que sea saludable, que pueda tener un
sentido de ayuda y de misericordia. “Cualquier medida de prevención
que ayude a apostar por la vida es considerada sagrada. Y toda forma
que colabore para tener libertad en el sexo, y que a su vez permita
acompañarlo de forma sana, es bien visto”.
Las instituciones religiosas las que deberían marcar camino. Sin
embargo, muchas veces están relegadas o sus respuestas son
posteriores a la situación. Por eso el judaismo acepta que un acto
responsable “es la utilización de preservativos para evitar
enfermedades de transmisión sexual como el virus del SIDA”. “Siempre
voy a sostener una acción que tenga que ver con un sentido de
responsabilidad, más allá de la fidelidad. Uno tiene que ser fiel a
la vida”, asegura Goldman, rabino judaico.
El Islam es otra de las religiones que considera fundamental
el principio de conservación de la vida. “El primer tipo de
responsabilidad a tener en cuenta es la individual”. A diferencia de
otros credos, el Islamismo prefiere contemplar a las acciones como
lícitas o ilícitas. Por ello, si bien existen posiciones distintas
en relación al uso del preservativo, su utilización no está vedada
en aquellas situaciones que “permiten sostener y alargar la vida del
hombre”. Tampoco hay diferencias en relación a las formas de cuidado
de la salud e higiene que deben tener hombres y mujeres, aunque sí
hay ciertas divergencias en temas como la diversidad sexual. El
Corán tiene una postura clara en relación a los géneros: “Fuimos
creados a partir de un hombre y una mujer y nos hemos dividido en
pueblos y civilizaciones para que nos reconozcais”. “Como todos los
credos, el Islam pone límites, pero me parece que el fenómeno
comprehensivo de esas religiones es que uno las acepta o no”.
Más allá de las diferencias entre los credos, todos comparten una
idea común: creen necesaria una Ley de Educación Sexual que
respete las creencias de las distintas religiones. Y si bien todavía
faltan acuerdos en relación a temas como la diversidad sexual, sí
sostienen que la enseñanza es una acción permanente y constante que
involucra tanto a la familia y como a las distintas instituciones.
“Siempre va a haber quien entre en polémica y quien vea las cosas de
un modo atávico, pero eso es parte de la discusión”. Porque es a
partir de las diferencias, que también se construye.
Tomado de
www.sentidog.com
LA IGLESIA
MONARQUICA: MONOPOLIO Y EXPLOTACION
La iglesia se hallaba bajo el “Real Patronato”
del monarca español y servía consecuentemente a la corona, a las
administraciones locales y a los fines coloniales. Fue, durante
siglos, el poder ideológico que permitió la explotación de las
colonias por parte de los españoles y fue, al mismo tiempo, una de
las más grandes explotadoras de la fuerza de trabajo indígena y
esclava, puesto que llegó a ser uno de los más poderosos
terratenientes de América.
La Iglesia Católica, como institución, estuvo
siempre al servicio de la política y del Estado colonial. William
Foster señala que: “La Iglesia, naturalmente apoyaba y aplicaba
todas las formas de servidumbre económica y política a la que fueron
sometidos los trabajadores durante el período colonial, es decir: el
peonaje de los indios, la total esclavitud de los negros y la
esclavitud encubierta de los mestizos y blancos asalariados. Bajo
ninguna circunstancia puede afirmarse que la iglesia haya sido una
fuerza favorable a la abolición de la esclavitud y de la explotación
en ningún lugar, ni en ningún momento, a lo largo del período en
América. Ubicada en la finca del terrateniente, la Iglesia estaba
tan vinculada al aparato de explotación de éste como la quinta al
barracón de los esclavos.”
Que la Iglesia como institución no estuvo jamás
contra la esclavitud, nos lo demuestra de manera fehaciente el hecho
de que las comunidades eclesiales fueron las mayores esclavistas.
Sirva como ejemplo de ello el caso de los jesuitas, quienes
poseyeron en el Valle del Chota el más grande reducto esclavista de
la Audiencia de Quito. Entre su haciendas del distrito de Ibarra,
que eran verdaderos criaderos de esclavos negros, estaban de
“Cuajara”, con 540 esclavos; la de “Santiago,” con 250; y la de
Pimampiro, en la que había 122. También tenían propiedades similares
en el distrito de Otavalo: “Concepción”, con 760 esclavos; “Chamanal”,
con 300, y “Tumbaviro” con más de 100.
Los jesuitas, desde luego, la comunicad más
rica de la Audiencia, no solo por su gran número de haciendas,
regadas a lo largo de todo el país, sino porque poseían tierras de
gran productividad, tales como las del Chota y el Pedregal, donde
los jesuitas tenían más de 10.000 reses, además de las plantaciones
de caña y tabaco y la industria del aguardiente. En un informe
elevado a la Corona por el Virrey Amat, éste “se quejaba de
Los millares de botijas de aguardiente marcados
con el sacrosanto nombre de Jesús y cuya venta era dirigida por los
padres de la Compañía”.
Todas las propiedades de la Compañía de Jesús,
con esclavos incluidos, pasaron a manos de Junta de Temporalidades,
cuando la orden fue expulsada de América, en tiempos de Carlos III.
Dicha Junta sacó a remate todas aquellas propiedades, que de éste
modo quedaron en manos de las más poderosas y prestigiosas familias
terratenientes de la Audiencia de Quito; hecho que ha sido
calificado por el historiador Jorge Núñez como “la primera
privatización de bienes públicos de la historia ecuatoriana”.
Pecaríamos de parciales si no reconociésemos
que hubo voces religiosas que se levantaron a favor de indio o del
negro, tales como las del padre Fray Bartolomé de las Casas o San
Pedro Claver, pero no es menos cierto que esas voces fueron muy
pocas y que, en todo caso, no representaban a la institución
eclesiástica sino de sus dueños actuaron más bien a despecho de
ésta. De todos las quejas y denuncias del padre Las Casas influyeron
notablemente en la política de los reyes, quienes acogieron muchas
de sus recomendaciones y dictaron las famosas “Leyes Nuevas”, que
pretendían proteger a los naturales americanos de la usurpación,
maltrato y abusos de los españoles, sin lograrlo del todo.
El ascendiente moral que tenían los clérigos
sobre las mujeres era uno de los métodos utilizados para conseguir
de ellas permanentes “donativos piadosos”. Sirva como ejemplo la
primera donación que los jesuitas consiguieron en Quito, hecha por
Doña Clara de Bonilla, rica encomendera, la cual entrego a la orden
8.699 pesos en 1632. A mediados del siglo XVIII, el sacerdote
jesuita Mario Cicala observa con mucho interés cómo las mujeres de
la Audiencia de Quito eran espléndidas en sus donaciones y limosnas
a la iglesia.
A lo largo de los tres siglos de vida colonial,
muchas donaciones de este tipo fueron hechas a la Iglesia, en el
momento previo a la muerte, por personas aristocráticas y adineradas
de ambos sexos, las que eran manipuladas sicológicamente por los
sacerdotes que los ayudaban a “bien morir”, quienes les ofrecían un
lugar en el paraíso a cambio de la suculenta partida para la Iglesia
y , más concretamente , para la orden a la que pertenecía dicho
cura. Ello se convirtió en un mecanismo usado habitualmente por la
Iglesia y las comunidades religiosas para acumular enormes
cantidades de “bienes de manos muertas”, lo que finalmente convirtió
a la Iglesia en el primer y más poderoso propietario terrateniente
del país.
Un acerbo crítico de la Iglesia en tierras
americanas, quien vivió a principios del siglo XVIII en Quito y
Guayaquil, el viajero Francisco Coreal, describe la inmensa avaricia
de los funcionarios y comerciantes españoles, pero en especial de
los eclesiásticos, de quienes afirma; “Las ocupaciones de los curas,
consisten en jugar a los naipes, tomar chocolate y visitar su
diócesis, no para instrucción de las almas sino para arrebatar
alguna cosa a los pobres indios, además de los diezmos y primicias.
Refirió, además, que las víctimas de los curas
no eran solamente los indios, pues que también a los criollos los
extorsionaban en el momento de la muerte. Cuando un criollo moría
debía dejar en su testamento, antes que nada, una cantidad dedicada
a las misas necesarias para el reposo de su alma. Desde luego, esta
aseveración se puede comprobar fácilmente si se revisan los
testamentos de la época y se encuentran además de los donativos por
concepto de misas por el alma del difunto, otros a las ánimas del
purgatorio, a diferentes advocaciones de la virgen, a las misiones,
a la “Casa Santa de Jerusalén”, para las iglesias o capillas, para
“el Santísimo Sacramento de la Iglesia de ermita de Nuestra Señora
de la Merced”, “ para la beatificación de la Sierva de Dios Mariana
de Jesús”. Desde luego, todas estas aportaciones iban a parar al
mismo saco; el de la Iglesia. Por eso Coreal dirá que la principal
heredera de los criollos era su alma y que “los curas y los
conventos se reparten sus bienes juntamente con el alma del
difunto.”
Por todas estas observaciones, que Francisco
Coreal se permitió hacer inclusive públicamente, la Inquisición
empezó a perseguirlo a través de sus diferentes comisarios,
calificadores y familiares, razón que lo obligó a huir, disfrazado,
en un convoy que viajaba hacia Panamá con mercaderías. Una vez
Instalado en Inglaterra, este libre pensador escribió sus memorias,
a fines del Siglo XVIII.
Jenny Londoño Lopez
Historiadora Ecuatoriana
Grupo País Canela
paiscanela@yahoo.es
IDEAS BASICAS DEL
NUEVO HUMANISMO
- Propicia la ubicación del ser humano
como valor y preocupación central, de tal modo que nada esté
por encima del ser humano, ni que un ser humano esté por
encima de otro.
- Afirma la igualdad de todas las
personas y trabaja por la superación de la simple formalidad
de iguales derechos ante la ley avanzando hacia un mundo de
iguales oportunidades para todos
- Reconoce la diversidad personal y
cultural afirmando las características propias de cada
pueblo y condenando toda discriminación que se realice en
razón de las diferencias económicas, raciales, étnicas y
culturales.
- Auspicia toda tendencia al desarrollo
del conocimiento por encima de las limitaciones impuestas al
pensamiento por prejuicios aceptados como verdades absolutas
o inmutables.
- Afirma la libertad de ideas y
creencias.
- Repudia no solamente las formas de la
violencia física sino todas las otras formas de violencia
económica, racial, sexual, religiosa, moral y psicológica,
como casos cotidianos arraigados en todas las regiones del
mundo.
EL CÓDIGO DA
VINCI Y EL CÓDIGO HOMOSEXUAL
Pese a sus importantes inexactitudes históricas,
- ¿Cuáles son los temas relevantes del Código Da Vinci?
- ¿Qué implica para la fe cristiana la hipótesis, con base en un
evangelio apócrifo, de que Jesús pudo estar casado?
- ¿Sabes que existe otro evangelio apócrifo en que, escrito desde la
lógica de la cultura griega, Jesús tiene relaciones homosexuales?
- ¿Cómo se explica la contradicción entre ambos evangelios
apócrifos?
- ¿Cuál es la relación que tienen estos apócrifos con el Jesús
histórico?
- ¿Cuáles son las consecuencias de este conjunto para nuestra época?
El "Código Da Vinci" ha levantado una gran
polvareda y ocasionado reacciones dispares: Como primer dato, es el
número de ejemplares vendidos, más de 45 millones de ejemplares y ha
sido traducida a más de 35 idiomas. Y ha sido una de las obras
escritas llevadas con relativa rapidez al cine donde es un éxito de
taquilla. Confirmando, además, con dos recientes polémicas
globalizadas sobre temas religiosos: una originada en torno a la
"Pasión de Cristo" de Mel Gibson y otra al "Evangelio según San
Judas".
Diversas multinacionales han tomado nota del peso de lo religioso y
lo están explotando económicamente en su favor. Sin embargo.… Muchos
consideran como lo más relevante el ataque a las Iglesias y al Opus
Dei…
Peor que por el lado clerical nos encontramos
generalmente posturas irracionales que, se centran en el miedo que
inmediatamente se presenta en forma de condenas y prohibiciones. Y
también por el lado anti-clerical, con argumentaciones que implican
un analfabetismo mayúsculo en temas religiosos o, por lo menos,
posturas propias del siglo XIX que ya tienen más de medio siglo de
haber sido superadas desde el ángulo de la compatibilidad teológica.
Sin embargo, gran parte del debate está centrado en el ataque o la
defensa de la Iglesia Católica… Lo cual sólo muestra la pobreza del
debate.
Igualmente, en el caso de las Iglesias en
general, sus muchos errores no suelen llevar a olvidar esa realidad
profunda que llamamos Dios. Como dicen algunos con cierto sarcasmo:
pese a todos sus serios intentos, ni los curas ni los pastores
nos han podido hacer perder la fe en Dios.
Al sacar de la oscuridad a María Magdalena se han
puesto los reflectores sobre la vida sexual de Jesús y sobre el
papel de la mujer en las Iglesias y en la sociedad. Y sucede que,
desde una perspectiva gay, existe un evangelio apócrifo, el
"Evangelio secreto de Marcos" en el cual Jesús aparece teniendo, al
modo de los grandes maestros griegos, relaciones homosexuales. Dicho
"Código Homosexual" es, a su vez, una de las diversas vías que
arroja luz sobre el caso de María Magdalena.
Dice San Pablo, que Jesús fue igual a nosotros en todo menos en el
pecado (2). Igual en todo. Excepto que nosotros, tantas veces,
hacemos el mal que no queremos y no hacemos el bien que queremos
(3). Y Jesús no fue así. Eso no niega su divinidad, pero sí obliga
a pensarla de manera que no niegue la plena humanidad de Jesús. Y es
en esto último en lo que quiero centrarme. Sobre la relación entre
humanidad y sexualidad…
No son pocos los "maestros de las
iglesias" que han dicho, teórica o prácticamente, que respecto a la
sexualidad la mejor palabra es el silencio.
Hoy sabemos que no es ni debe ser así. De Jesús se ha dicho que fue
célibe y punto. Es lo que parece deducirse de los cuatro
evangelios…Pero me pregunto a modo de hipótesis ¿y si hubiera
estado casado? Y me contesto a mí mismo: - Eso no negaría mi
creencia en Él. Seguiría siendo la misma.
Sus relaciones sexuales, legitimadas por sus propias convicciones
religiosas o las de su tiempo, no serían ningún obstáculo para creer
en Él. Ni tendrían que serlo para nadie. Es muy distinto cuando
algunos hablan de supuestas relaciones ocultas e ilícitas con María
Magdalena. En ese caso estarían olvidando algo esencial y es que
Jesús no cometió pecado. Eso sí es inaceptable desde una perspectiva
cristiana. Pero, ¿desde cuando casarse o enviudar va a ser pecado?
¿Desde cuando lo sería vivir plena y legítimamente su sexualidad? E
incluso, ¿No es muchas veces la vivencia de un amor personal una de
las mejores maneras de abrirse humanamente a un amor universal?
Si esta hipótesis fuera cierta, la realidad esencial sobre Jesús
seguiría siendo igual: su mensaje de entender a Dios como un Padre
amoroso y misericordioso; su deseo radical de que venga un Reino de
Dios que traiga justicia sobre todos y especialmente sobre los más
necesitados; su lucha por sanar a las gentes, por darles de comer,
de vestir…; su predicación y conflicto con las autoridades políticas
y religiosas que mantenían situaciones injustas e inmisericordes en
nombre de un Dios falso; su disposición de ir hasta la muerte por
este Reino; su capacidad de resistir la traición, el abandono, las
torturas y la muerte de cruz por ser consecuente con su mensaje… Y,
desde luego, el hecho de ser resucitado de entre los muertos
mostrándose así en su plena divinidad tras haber bebido hasta el
último sorbo la más plena y mejor de las humanidades… (5). Eso, todo
eso, no cambia en lo más mínimo por estar o no estar casado.
Entonces la discusión sobre cuál fue la relación
de Jesús con Magdalena…Por sí misma , permitiría revalorar el papel
de la mujer y eso es sumamente importante. La fe, en su auténtica
radicalidad, solo se alcanza cuando se vive la experiencia del
encuentro personal con Dios. Aparte de esto, los argumentos salen
sobrando. Podemos incluso hasta la Biblia sale sobrando…
Dios es siempre mayor que cualquier Iglesia y que
cualquier libro sagrado. Pero el problema es que vivimos en un
mundo que altera la radical primacía de Dios y que olvida que Dios
dijo que se encontraba principalmente en sus hijos más necesitados:
"Lo que hiciste con ellos a mí me lo hiciste" (7).
Por eso, en vez de centrarnos en realidades
medulares, andamos rasgándonos las vestiduras por ese "Harry Potter
para adultos" que es el "Código Da Vinci" (8). Así, sin quererlo, la
más demoledora crítica a la labor eclesiástica se la hacen los
mismos clérigos con su espíritu de temor: si lo que han formado a lo
largo de veinte siglos con el nombre de cristianos son seguidores
que pudieran tambalearse en su fe por una simple novela, con muy
evidentes y numerosos errores históricos… en algo muy serio habrán
fallado y siguen fallando en su labor.
Jesús no parece haberse preocupado en sucesiones, menos aun al modo
de los reyes y poderosos de este mundo. Lo dijo muy claramente: Su
familia son los que cumplen la voluntad de su Padre , es decir, los
que luchan por el Reino de Dios y su justicia. ¿Lo demás? Lo demás
ya vendrá por añadidura.
www.solidaridadgay.com
LAS PEORES PERVERSIONES SON COMETIDAS POR
HETEROSEXUALES.
LOCUTORA Hans y Peter se acercaron al juez civil de Amsterdam, en
Holanda, para celebrar con alegría su matrimonio.
JUEZ ... ¿Y tú, Peter, quieres a Hans como legítimo esposo para amarlo
en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y la pobreza, en la salud y la
enfermedad?
HOMBRE Sí, quiero.
JUEZ Yo los declaro esposos. Pueden besarse.
LOCUTORA Una boda entre dos hombres. O entre dos mujeres. Matrimonios
homosexuales.
LOCUTOR En América Latina todavía resulta raro. A algunos de ustedes,
amigos y amigas oyentes, puede resultarles incluso un acto repugnante,
condenable.
LOCUTORA Sin embargo, en países como Holanda o Bélgica ya es una cosa
normal. Porque la decisión de fundar un hogar con una persona del mismo
sexo forma parte de la soberana libertad individual.
LOCUTOR En Inglaterra, Francia, Alemania y varias provincias de Canadá
se han aprobado leyes reconociendo las uniones gays.
LOCUTORA También en Buenos Aires se acaba de otorgar a las parejas
homosexuales el derecho a legalizar su unión.
LOCUTOR Sin embargo, esos países siguen siendo excepción. Todavía en
buena parte del mundo se castiga el homosexualismo como si fuera un
delito. Irán ejecutó a 70 gays en 1991.
LOCUTORA En Colombia, hasta los años 70, a los homosexuales se les metía
presos. Y en la Cuba socialista se les castigaba enviándolos a cortar
caña.
MUJER ¡Pues muy bien, señorita, porque los homosexuales son unos
pervertidos, eso lo sabe cualquiera!
LOCUTORA Lo que yo sé, amiga mía, es que la inmensa mayoría de
violadores, incestuosos y violentos son heterosexuales. Las peores
perversiones las cometen los heterosexuales.
HOMBRE Pero ése es otro tema, señorita. Aquí estamos hablando de
matrimonio. Y el matrimonio sólo puede darse entre un hombre y una
mujer.
LOCUTORA ¿Quién estableció eso? Al menos, un Estado laico debe reconocer
el derecho de cada quien a unirse con quien quiera y debe ofrecer marcos
legales para todas las parejas.
MUJER El Vaticano lo dijo clarito, que la homosexualidad es un “pecado
grave” y está en campaña contra esas bodas de gays y lesbianas.
LOCUTORA Sí, el Vaticano acaba de publicar un Glosario Sexual de 900
páginas donde dice que los países que permiten estos matrimonios están
habitados por personas con "mentes profundamente trastornadas".
LOCUTOR El autor intelectual de dicho texto es nada menos que el
cardenal colombiano Alfonso López Trujillo.
LOCUTORA Si está libre de pecado, que arroje la primera piedra.
LOCUTORA Mientras el Vaticano escribe 900 páginas, conviene recordar que
Jesucristo no dijo una sola palabra en contra de los homosexuales. Si el
asunto fuera tan importante para la moral, ¿Se le habría olvidado al
profeta de Galilea?
El MATRIMONIO NO ES NATURAL, ES UNA CREACION SOCIAL. ES UN CONTRATO.
Nos cuesta entender por qué algunas personas e instituciones se
oponen con tal insistencia a aceptar la igualdad de derechos de las
personas gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.
Hay quienes dicen que se oponen al matrimonio entre personas del
mismo sexo porque defienden a la familia. ¿A cuáles familias? ¿Acaso
nuestras familias no cuentan? ¿Qué daño les hacemos a las suyas?
¿Que tengamos los mismos derechos que ellos los perjudica? ¿Van a
dejar de existir las familias heterosexuales porque un gay pueda
heredar la casa en la que vivió veinte años con su pareja fallecida,
en vez de ser echado a la calle, o porque una lesbiana pueda
compartir la obra social de su pareja o sacar un crédito con ella
para el departamento? ¿Van a dejar de existir las familias
heterosexuales porque dos hombres o dos mujeres que se aman y
quieren casarse puedan hacerlo?
Se ha dicho también que el matrimonio es heterosexual porque
proviene de la naturaleza. ¿De la naturaleza, como las plantas y los
ríos y las tormentas y los animales y los hombres y las mujeres? ¿No
fue acaso el matrimonio una invención humana? ¿Existe desde que el
mundo es mundo o fue creado en determinado momento de la
civilización? ¿Fue siempre igual, inmutable, o sufrió grandes
cambios a lo largo de su historia? ¿Acaso la fidelidad, la
monogamia, el patrimonio, el apellido, la herencia, la patria
potestad, las pensiones, las obras sociales, la nacionalidad son
hechos de la naturaleza? ¡Son construcciones sociales!
Hasta el siglo IV de nuestra era, no existía ningún impedimento
legal en Roma contra los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Fue entonces, con la adopción del catolicismo como religión oficial
del Imperio, que el matrimonio pasó a ser exclusivamente
heterosexual. Hasta ese momento, repito, era legal que un hombre se
casara con otro hombre y una mujer con otra mujer. Tampoco era el
matrimonio, todavía, un sacramento. Se dicen muchas mentiras y
muchas vaguedades para confundir, pero hay que buscar en los libros
de historia, que no muerden. Tampoco existieron siempre los
prejuicios que hoy existen contra la homosexualidad: no existían en
la antigua Grecia, no existían en el milenario Egipto Están las
esculturas que el emperador Adriano mandó a construir para su amante
Antino, o las pinturas de los faraones, o las obras de arte de los
pueblos mesopotámicos. La propia palabra homosexualidad es moderna,
del siglo XVIII, y apareció por primera vez en Alemania, en un
panfleto. Hubo siglos y siglos en los que la homosexualidad no
existía siquiera como categoría: el mundo del amor no se dividía
entre quienes desean y se enamoran de los de su mismo sexo o de los
del sexo contrario. Eso no le importaba a nadie. El signo
lingüístico, ya lo decía Saussure, es arbitrario, y la forma en que
clasificamos el mundo es un producto de la cultura.
¡Pero el fin del matrimonio es la reproducción!, insisten algunos.
Entonces, prohibamos casarse a los estériles, a las mujeres después
de la menopausia, a los ancianos, o a los que, simplemente, deciden
no procrear. ¡Pero el matrimonio siempre ha sido así! No, ya
lo dijimos pero, si lo hubiera sido, convengamos en que también
siempre había estado prohibido que una persona negra se casara con
una persona blanca, hasta que la Corte Suprema de Justicia de los
Estados Unidos autorizó los matrimonios interraciales; siempre les
había sido prohibido casarse a los esclavos, hasta que éstos pasaron
a ser libres; en los primeros tiempos de la Colonia, sólo podían
casarse los católicos, y enhorabuena eso cambió; nunca las mujeres
habían tenido la libertad de elegir marido, hasta que la
consiguieron. ¡Tantas cosas hay que siempre fueron de algún modo
hasta que cambiaron!
Lo que sí fue siempre igual, y seguirá siéndolo, es que hay una
cantidad de personas, en cada parte del mundo y en cada tiempo, que
se sienten atraídas y se enamoran y construyen proyectos de vida con
otras personas de su mismo sexo. Algunos estudios hablan de un 10%
de la población, pero qué importa cuántos somos. Lo que importa es
que existimos, que somos tan humanos como los demás, que nuestro
amor es igual de hermoso, que nuestros proyectos de vida son tan
valiosos como los de cualquiera.
Lo que sí proviene de la naturaleza es eso. Sentir que la piel se
eriza, que el corazón late más fuerte; sentirse irremediablemente
atraído por esa mirada, por ese cuerpo, por ese otro o esa otra,
enredarse, amarse, decidir que queremos estar juntos o juntas, que
queremos compartir la vida. Eso es lo natural.
Lo demás -los derechos patrimoniales, los beneficios sociales, las
convenciones jurídicas con las que el Estado protege a las familias
que las personas construyen- no tiene nada de natural. El matrimonio
es un contrato. Y nosotros y nosotras queremos poder celebrarlo con
los mismos derechos. Y con el mismo nombre, porque cuando los gays
firmamos un contrato de alquiler no se llama "unión civil de
locación de inmueble", y cuando las lesbianas firman un contrato de
trabajo no se llama "parteneriato con el patrón". Cuando nos
casamos, queremos que se llame matrimonio. Queremos que sea una
fiesta, que venga nuestra familia, nuestros amigos, nuestros
compañeros de trabajo. Queremos celebrarlo como cualquiera.
Lo dice la Constitución. Quien quiera leerla, la puede encontrar en
todas las bibliotecas. Lo dicen los tratados internacionales de
derechos humanos: todos somos iguales ante la ley, nadie debe sufrir
discriminación, todos tenemos derecho a formar una familia, todos
tenemos derecho al matrimonio, todos tenemos derecho a igual
protección del Estado. La Constitución está para ser cumplida.
Ahora, más allá de todo lo dicho hasta aquí, ¿no se entiende que
estamos hablando, en definitiva, del derecho a ser felices? ¿A quién
le molesta tanto que podamos serlo?
Bruno Bimbi
* El autor es secretario de Relaciones Institucionales y
Prensa de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y
Trans.
CRISTIANISMO: ASCETISMO Y CORRUPCION
Orígenes de la institucionalidad y Poder de la Iglesia.
El cristianismo primitivo, surgido en la misma
entraña del Imperio Romano, tenía en sus orígenes un carácter
ascético, por lo cual cobró notable influencia en Europa predicando
la honestidad, la humildad, la moralidad, la templanza, el amor al
prójimo, en suma, la espiritualidad del ser humano. Pero la
institucionalización de la nueva religión y su creciente poder
económico y político dieron finalmente al traste con aquellos
principios.
El ascetismo fue abandonado en beneficio de una
vida muelle cómoda y los obispos pasaron a vivir como príncipes, en
ricos palacios y rodeados de una corte dispendiosa y relajada. A
partir de la baja Edad Media, la vida del clero llegó a ser tan
depravada que Infessura la describía así: Tal era la vida de los
sacerdotes y de los miembros de la curia (Corte Romana), que apenas
si se encontraba uno que no tuviera una concubina , a lo menos una
cortesana, pera mayor gloria de Dios y de la Fe cristiana.”
El historiador suizo Jacob Burckhardt presenta
un testimonio más fuerte: “Todo respeto humano ha desaparecido.
¡Cuántos estupros! ¡Cuántos incestos! ¡Cuánta torpeza entre los
hijos y las hijas! ¡Cuánta torpeza entre los hijos y las hijas!
¡Cuántas cortesanas en el palacio de San Pedro! Y verdaderas bandas
de alcahuetes: un lupanar es más decente. La mayor parte de los
conventos se han convertido en casas de tolerancia.
Pero la corrupción no era solamente a esos
niveles descritos; era también y fundamentalmente a niveles
económicos. El Vaticano llegó a ser un estado millonario, donde se
dilapidaban grandes fortunas en satisfacción de los placeres de la
carne.
Fortunas conseguidas con la expoliación y el sudor de millones de
siervos que laboraban en las propiedades del pontificado, situadas
en toda la Europa feudal. Fortunas amasadas mediante guerras de
despojo, organizadas por la iglesia de Roma contra otros pueblos,
incluso contra los pueblos cristianos, como los ortodoxos de los
Balcanes y Medio Oriente, Fortunas acumuladas mediante la venta de
favores religiosos y “bulas pontificias”, que garantizaban el acceso
al cielo a quienes pagasen buenas cantidades de oro al pontífice
romano.
La Iglesia se convirtió, así, en una poderosa
institución, que terminó aliándose con los nobles y terratenientes
feudales y justificando, mediante su inmenso poder espiritual, la
explotación y terrible miseria y desigualdades de las masas de
campesinos, siervos y esclavos. Para detener sus continuos
levantamientos e insurrecciones, inventó como premio de consolación
un paraíso posterior a la muerte, en donde los parias disfrutarían
del bienestar que les era negado la tierra.
De otra parte, también perdió seriedad y
respetabilidad la elección del Sumo Pontífice entre los altos
jerarcas de la iglesia: “Desde Sixto IV hasta Pablo IV no hubo un
solo papa legítimamente elevado al trono de Pedro. Todas las
elecciones estaban manchadas de Simonía.
Esta Corrupción y relajamiento eclesiástico, en
los que descollaba la corte papal, fueron precisamente la causa para
que estallara la Reforma Protestante, cuyos grandes líderes – Martín
Lucero, Juan Calivino – denunciaron estas lacras de la Iglesia y se
propusieron reorganizarla mediante una profunda renovación moral.
Entonces, cercada por el crecimiento de la reforma protestante, que
empezó a invadir la mayoría de países de Europa, la Iglesia Católica
inició, desde España, el movimiento de la “Contrarreforma”,
Que podría sintetizarse de este modo: vuelta al
misticismo y ascetismo religiosos, persecución de toda idea
irreverente o herética, e institucionalización de la tortura como
método de investigación de herejías y pecados de opinión.
Jenny Londoño López
Historiadora Ecuatoriana
cds@ecuanex.apce.org